11 junio 2009
Periodista aprendiz busca Remington Rand desaparecida hace 10 años
Uno de mis recuerdos de infancia, y muy culpable de que mi cabeza vuele y viva entre las nubes, es la vieja Remington que yo juraba sería mi mejor herencia, y que se apartó de la familia por causas desconocidas. Como el padre que se va a comprar cigarrillos y no regresa, ella se fue a la oficina de papá para redactar algunos documentos y parece que olvidó el camino de regreso. Estaba viejita la pobre... le habrá dado alzehimer?
A veces miro la mesa del comedor y me veo a los 13, 14, a los 16 años tipeando de amanecida los trabajos del colegio, mientras soñaba que toda la vida tipearía en ella, y me pregunto... dónde estará ahora?
Y era exactamente así como la ven en la foto... solo que se había salido el esmalte de lo viejita que andaba la pobre, y de todas las cosas que habíamos escrito juntas habían un par de letras que me costaba reconocer a simple vista, pero que mis manos conocían de memoria. Ah, la memoria de los sentidos!
Si alguien la ha visto, por favor, avíseme. Y un pedido a un par de mis grandes amigos que sé me quieren ayudar a encontrarla: no me la regalen!!! No me ayudarían... esta máquina y yo tenemos un tema pendiente, que necesitamos arreglar solo las dos, y para eso tenemos que encontrarnos frente a frente y tengo yo que sacar dinero de mi billetera para pagar la fianza. Pero si me dicen donde encontrarla, les doy un abrazo, un beso y un toblerone.
Entonces, ayudaran a que esta descocada aprendiz de periodista haga que nunca más falte en su hogar una Remington Rand?
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3 comentarios:
Salud
¡Una Remington! Eso es finura y el resto tonterías.
Espero que consiga reencontrarse con su desaparecida amiga y a la vez herramienta y arreglen lo que tengan que arreglar.
Personalmente, y con todo lo geek (y perdone el barbarismo) que soy, me encantan las máquinas de escribir (autopromoción: hasta le dediqué un cuento -con segunda parte-). Esas máquinas tienen personalidad, una que jamás conseguirán los PC (y que mientras más avanzan menos podrán alcanzar esa meta), y tienen historia, a las que estamos atados...
Hasta luego ;)
Queridísima Catalina: En las redacciones de Buenos Aires (y obviamente en las casas)los periodistas usábamos las Olivetti Lexicon (la "80", porque la "120" la utilizaban los administrativos, dado que eran más grandes y podían hacer hojas de cálculo y esas paparruchadas). Las mías también desaparecieron. Sí tengo una Underwood, modelo 1928 según creo. Hoy es un bonito adorno en mi living, aunque funciona. Yo mismo escribí muchas cosas en ella hace ya mucho tiempo, pero pertenece a tres generaciones antes que la mía. Me gusta porque era una de las máquinas preferidas de Dashiell Hammett y de otros autores que venero. En cuanto a las Remington, también son anteriores, pero cada tanto se las podía ver. Y ahora que lo pienso, las Olivetti Lexicon que te contaba que usábamos eran, de diseño, bastante feas (en realidad eran feìsimas). Pero eran, como decimos en Buenos Aires, "un fierro" (podías darle y darle que siempre funcionaban). Ya mismo me pongo en campaña para encontrar un modelo Rand. Todo sea por el abrazo, el beso y el Toblerone.
Humber
Vaya, búscabas una máquina de escribir y terminaste encontrando admiradores (si hasta en el diario de la familia le dedicaron un espacio a tu cruzada).
en fin, aprovecho la oportunidad para remarcar que tú también saliste un día a comprar puchos y hasta el día de hoy. Ya hasta borroso me resulta tu rostro en el cauderno de mi memoria... (caray, yo mismo soy en este momento aquello que denuncié al principio de este comentario, solo que en otro sentido(?) las vueltas que da la vida!
De todos modos lo escribiré: ingrata!
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