
Cumplir todos los propósitos de año nuevo es casi imposible gracias a nuestra infinita capacidad de contarnos cuentos. A pesar de mantener intacta dicha capacidad [soy periodista, recuerde usté], cumplí casi a cabalidad los propósitos planteados para el 2010. Si usté no me cree, no lo culpo: yo tampoco. Pero tengo pruebas de que todo sucedió, así que no me queda más remedio que aceptarlo.
Entonces, que vengan los tigres con sus garras; aquí mis propósitos 2011. Ser puntual o llegar menos tarde, hacer la tesis, tomar desayuno todos los días, leer dos libros al mes y retomar [sin interrupciones] mis clases.
Después de los desequilibrios del 2010, propios de una suicida [ahora en rehabilitación] mi propósito final para este año es dejar de torturar a mis hermanos con crisis poco o nada necesarias. Por ello, y apelando a la sabiduría Gray's Anatomy, pretendo tener alguna conversa convincente y consistente con ellos:
- MAV: "Mi corazón vive en mi bisturí"
- MAC: "¿Crees que sonreiría por un café?"
Agárrate, Catalina.