31 mayo 2016

Mirar

Miro por la ventana desde pequeña. Miraba por la ventana y veía entrar como un regalo la luz naranja del atardecer que le daba sentido a los veranos que tanto detestaba.
Miraba esperando que llegue una compañía, no un a salvación. Tal vez acompañarse sea una forma de salvarse, pensaba.
Miraba por la ventana y soñaba con el futuro como sueña una presidiaria encadenada a la pata de su cama. Como una condenada a muerte. Una muerte llamada vida.
Ahora miro la ventana pensando en lo difícil que es quitarse ciertas cadenas, aun cuando el candado está abierto.

17 febrero 2016

La calle

Salgo a la calle sola, a hablar con sus veredas y pistas, con sus paredes, sus escaparates, sus balcones y ventanas.
El maniquí de la tienda me grita consignas a favor de los derechos laborales, mientras los ojos de la señora de la esquina me hablan de la tristeza de quien no tiene fuerzas para luchar por un sueño, pues sus sueños se apagaron sabe Dios cuando.
Me hablan las pistas horadadas y las veredas que acogen mis pasos amablemente. Me habla el muchacho que hace música para nadie...y como yo soy nadie, hoy la música es mía.

01 enero 2016

Escribir para vivir y morir



Cuando escogí vivir de escribir no pensé que cada intento se volvería una pequeña muerte. No me refiero al orgasmo placentero, aquello que los franceses en su poesía léxica llaman petit morte, sino a una muerte dolorosa, angustiante. Una muerte precedida del terror de quien sabe que se le acaba la vida y la esperanza de hacer algo mejor con ella.

En cuadernos, hojas, servilletas o en la computadora. Escribir y dejar nacer un texto es acabar con la esperanza de perfección o imperfección de aquello que aún no existe, y no saber si se estará a la altura de las circunstancias de lo que significa vivir.

Los textos, más que la gente, necesitan justificar su existencia y ganarse un lugar en el espacio y tiempo de las personas, creo. Por eso detesto los textos mediocres, hechos para salir del paso. Uno no puede volcar su alma con mediocridad, y si no escribes volcando tu alma en un texto, mejor es no escribir. Por eso escogí vivir la vida escribiendo y leyendo. Honrando a las palabras.

Tal vez por eso dejé de escribir en serio tanto tiempo, porque no me veía lista para seguir dejando el alma en las palabras, porque no era esa el alma que quería dejar en lo que escribo o porque no quería ver el estado de un alma confrontada con lo que quiere, lo que no quiere, lo que tiene, con lo que no sabe tener y lo que no sabe no tener.

Este es un nuevo intento de propiciar pequeñas muertes para no ser una muerta en vida.

15 junio 2014

Sala de embarque

La vida para mí es como la sala de embarque de un aeropuerto.
Creo que empecé a relacionar la vida con los aeropuertos la primera vez que perdí un vuelo, a los 15 años. Aquella fue también la primera vez que me subí a un avión... lo que resulta una serie de hermosas coincidencias en la vida, de esas que no existen.
No sé si Tom Hanks piense en la vida cuando come bombones; a mí se me hace difícil no hacerlo cada vez que toca volver a una sala de embarque. Resulta que para mí la vida sin tomar un avión, o sin la esperanza de hacerlo, no es vida.

23 abril 2014

Desperdicio

Una vez te escuché decir que había algo sensual en eso del talento desperdiciado.

¿Cuándo?

Hace tiempo

¿Y te pareció "sensual" desperdiciar la oportunidad de darme una bien merecida cachetada?

Conversaciones con los amigos