29 abril 2009

Cybertiempos (I)

* Cumpleaños en el google calendars. Saludos solo por el facebook
* Agenda en el google calendars.
* Te quiero mucho = tkm
* Responder o no un correo electrónico, o demorar en hacerlo (arma de doble filo para los ansiosos, para los desordenados, para los olvidadizos... siguen firmas) puede arruinar una relación de cualquier tipo, o sencillamente, causar enrrrrrredos. La extensión, para algunos también es una complicación
* Escribir bye y desconectarse en el acto, en el msn, puede equivaler a cortar una llamada telefónica (susceptibilidades...)
* Según los estudiosos, los niveles de hipocresía y de cobardía se han elevado a nivel 6 OMS (tantas cosas se pueden esconder tras una pantalla)
* Los índices de migraña y de venta de colirio para ojos rojos han crecido, ante la proliferación de pdf's.
* "Yo te hablé primero por el msn" "Nunca me hablas por el msn tú" "Para que te conectas si no vas a hablar" "Nunca me comentas en el faacebook" "Siempre esperas que te hable yo por msn" "Nunca te despides bonito por el msn"... etc., son frases que me hacen pensar que la inteligencia emocional de algunas (muchas) personas, puede verse seriamente afectada por una suerte de 'regresiones' a alguna parte de su infancia, entre tantos elementos de este cybertiempo, por el facebook o el msn ¿hay remedio? siempre estará el 'no conectado' o el bloquear contacto. Si es indispensable tener a la persona que hace ese tipo de reclamos en tu lista de contactos... te jodiste.

Pd. Algo buenísimoo de estos cybertiempos, es que tus amigos te pasen canciones como esta:

07 abril 2009

¿Bendita sea la ignorancia?

La ignorancia no siempre es atrevida. Hay cosas que es preferible no saber, o hay cosas que a estas alturas de la vida (que siempre que lo digo pienso que esas alturas son cada vez más altas), han hecho que cambie un poco la idea de que es bueno saberlo todo, no ocultar nada.

Por ejemplo, yo realmente, preferiría no haberme enterado como se hace el azúcar: mi nariz me lo agradecería. Y creo que también preferiría no haberme enterado los efectos secundarios de la Coca Cola Light / Zero: mi estómago me lo agradecería.

Tal vez hay cosas que al corto plazo es mejor no saber, aunque a largo plazo valga la pena haberlas sabido. Pero como la lluvia nunca vuelve hacia arriba, tal vez nunca nos enteraremos cuando es o no bueno salir de cierto tipo de ignorancia, o nos enteramos muy tarde. Y como las cosas pasan por algo, aunque ese "algo" para nosotros no es entendible sino hasta el final de la situación, que es el equivalente a Dios sabe porque hace las cosas, aunque nosotros seamos los últimos en enterarnos... me quedo pensando en el costo y/o el precio que a veces trae salir de cierto tipo de ignorancia. A veces, jode. Sino, pregúntenle a mi nariz durante el paseo en la fábrica de caña de azúcar. O pregúntenle al kiwi (que probablemente muchos llevamos dentro), si aun lo encuentran.

06 abril 2009

¿A qué hueles?


O mejor dicho ¿qué olores tiene tu vida? Son tantos que a veces se mezclan los unos con los otros y olvidamos que tenemos nariz. Como si tuviéramos nariz sólo en el instante en que la memorable fragancia entró a nuestro cuerpo, o cuando recordamos algún desagradable olor cortesía del servicio de ornato de distintos puntos de la ciudad.

Hay olores que perduran, olores que te hacen correr, olores que te hacen volver la cabeza, olores que te hacen doler la cabeza (por razones distintas), olores que actúan como máquina del tiempo, otros como la única tablita que te mantiene a flote en el mar de un recuerdo que no quieres dejar escapar... e te cé. Hay olores que la memoria bloquea, otros que la memoria aviva, y hasta aquellos que la memoria nunca deja de tener a flor de piel. Creo que los olores son más difíciles de recordar que las imágenes, que los sonidos, que los sabores y hasta que las texturas. Tal vez por eso, me parece que guardamos con más presición los 'buenos' olores (los malos simplemente 'apestan' y ya). Y tal vez por eso cuando viene uno de ellos a mi cabeza, o a mi nariz, una sobredosis de adrenalina suele recorrerme el espinazo del diablo, mientras las mariposas de Mauricio Babilonia revolotean en mi estómago. No cualquier olor regresa a la memoria, o no cualquier olor la reactiva.

Por el olor recuerdo (y con muchos de ellos se me pone la piel de gallina y todo lo dicho antes) la sala Eco, la casa de mi padrino, el lápiz labial 'pimienta caliente' de mamá, a mi papá, al primer chico que me gustó, al que me gusta, los primeros meses de mi ahijado, mis primeros días de clases en el colegio, la facultad, la torta de galletas y chocolate de la abuela... Cuando leí "Día de Visita" de Marco Avilés, recordé por qué me gusta tanto el café: porque el café sin olor no es más que un trago amargo.



Pd. Pongo "tu nombre me sabe a hierba" porque me encanta la forma en que Serrat obliga a que reutilicemos nuestros sentidos. Además, ¡es Serrat!

01 abril 2009

¿Cambiar el mundo o que el mundo nos cambie?

¿En realidad sonamos sino no nos apuramos a cambiar el mundo, porque después es el mundo el que lo cambia a uno?

Sí, pero no tanto. O sea, creo que a veces tienes que dejar que el mundo te cambie un poquito. Para querer cambiarlo es mejor conocerlo, dejarse curtir por él a pedacitos, porque si no lo conoces no vas a saber por donde empezar cambiarlo. Y eso te cambia la vida.

Es sencillo encerrarse en un rinconcito de la vida y decir que se quiere cambiar el mundo sin conocerlo realmente: sin verlo más allá del escritorio, sin vivirlo, sin sufrirlo, sin gozarlo o sin sentirlo.

Pero una vez que empezamos a conocerlo, la idea es nuna dejar de intentar conocerlo. Sino...Sonamos!

PD. No sé ustedes, pero a veces tengo miedo de que realmente sean sólo cosas de la juventud. No, ¿no? NO! =)